En la vida, siempre encontrarás dos caminos: el camino del hacer y el de no hacer. Escojas el que escojas, te llevarán a destinos diferentes.
Puedes no hacer, y cuando pase el tiempo y mires atrás, te darás cuenta de que ese tiempo que pasaste asustada, estresada y angustiada pudiste haberlo vivido con amor y agradecimiento.
Y tendrás culpa y resentimiento.
Puedes hacer, y sabrás con certeza que hiciste todo lo que estuvo en tu mano, que no te quedó ningún palo que tocar ni ninguna puerta a la que llamar.
Y tendrás tranquilidad, paz y serenidad.